Preparándose arduamente en un proceso catequético y pastoral lleno de altos y bajos, el grupo guiado por la Hermana María Gema Peña, se dispuso en cuerpo y corazón a recibir los dones del Espíritu Santo confirmando la fe en Jesucristo y el compromiso con su Iglesia.
“No es fácil ser testigos de Dios en el mundo actual”, les interpela monseñor Ossandón, recalcando que la misión que asumen y confirman al decir “Aquí estoy, Señor” les insta a ser luz y sal del mundo en todos los ambientes donde se desenvuelvan: en la familia, con los amigos, en el trabajo y estudios. Pero confiando en que al ser llamados a vivir su fe como adultos creyentes, y luego de una preparación motivadora e integral, dar este paso será el comienzo de un camino fecundo y lleno de esperanza.
En la celebración realizada en el Santuario Inmaculada Concepción estuvieron presentes sus familiares y amigos, la comunidad educativa franciscana liderada por nuestro Rector, don Cristian Molina, y todo el equipo pastoral del liceo. ¡Como comunidad educativa cristiana damos gracias a Dios por estas personas que renuevan la esperanza de crecer en fraternidad y dar testimonio de la misericordia de Dios desde el ejemplo de San Francisco !